(10/10/2019) Acabo de leer en Twitter un mensaje de César Cáceres, un brillante compañero de la URJC, quien comentaba, mostrándose de acuerdo, con una frase que escuchó esta semana en una conferencia: "cualquier profesor que pueda ser reemplazado por un vídeo de Youtube DEBERÍA ser reemplazado".
En respuesta a su mensaje, el muy activo y famoso profesor Alfredo Prieto aportaba la cita de Arthur C. Clarke: "Teachers that can be remplaced by a machine should be", y en el mismo sentido la de David Thornburg: "Any teacher that can be remplaced by a computer deserves to be".
De hecho, algún profesor que padece una aversión tremenda a las tecnologías, me ha llegado a preguntar para qué servía yo, dado que todas mis explicaciones estaban en vídeos de Youtube, argumentando que yo podría ser prescindible.
De lo que no se daba cuenta es de que, si verdaderamente piensa eso, el que podría ser perfectamente prescindible es él.
Efectivamente, con la ayuda de los magníficos profesionales con los que contamos en la Unidad de Producción de Contenidos de la URJC he podido hacer vídeos que son de una calidad técnica impresionante, que me permiten explicar los conceptos de una manera muy clara y atractiva. Valgan como ejemplo estos dos:
https://youtu.be/giqvkS5i81k y https://youtu.be/1aGqa1ytNYQ, o este otro en el que además del magnífico trabajo de los técnicos, aporto mis habilidades como mago:
Yo encargo a mis alumnos los vídeos que han de ver (y en su caso los ejercicios que han de intentar resolver) antes de venir al aula, y me aseguro de que lo hagan, pidiéndoles que me escriban a través del foro del Aula Virtual diciéndome si los han visto, qué dificultades les han surgido, qué conceptos no han comprendido, etc.
De esta forma, gano todo ese tiempo, que puedo dedicar a una atención más personalizada, y del que carecería si tuviera que realizar esas explicaciones íntegras en el aula. Así, si resulta que ponen una multa a algunas empresas agroalimentarias, como acaba de ocurrir, por prácticas restrictivas de la competencia, tengo tiempo para comentarlo con los alumnos y relacionarlo con los comportamientos colusivos en los oligopolios; si Trump decide poner aranceles a determinados productos, como estamos oyendo en estos mismos momentos, puedo analizarlo detalladamente en la pizarra, pues es algo que está directamente relacionado con contenidos que les explico en algunos de mis vídeos; si algunos de mis alumnos tienen dificultades para resolver determinados ejercicios dada su complejidad matemática o conceptual, puedo ir paseándome por el aula ayudándoles personalmente...
Son muy variadas las actividades que se pueden llevar a cabo, gracias a la ganancia de tiempo que se obtiene al darle la vuelta a la clase, y todas ellas son del completo agrado de los alumnos, que lo demandan encarecidamente.
Por supuesto que enlatar todos los contenidos requiere un notable esfuerzo. Pero yo he decidido que me compensa, porque sé que el aprendizaje de mis alumnos sale ganando. Es una inversión que vale la pena. Y cuando otros profesores de muchos países me dicen que utilizan mis materiales de la forma que he descrito aquí, eso me llena de alegría, pues ellos también pueden enriquecer el aprendizaje de sus alumnos con sus propios intereses y actividades, adaptados a la realidad de cada cual.
